CONSUMO Y CONSERVACIÓN DEL QUESO FRESCO HILADO Parte 2
- Elizabeth Martínez
- 23 jul 2023
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 17 abr
El queso fresco hilado es una de las delicias de la cocina venezolana. Se caracterizan por una textura suave, elástica y cremosa, obtenida por el estirando y amasando la cuajada en suero caliente.

Este tipo de queso se elabora principalmente con leche de vaca cruda, pero hay regiones que utilizan leche de búfala sin pasteurizar, por lo que tiene un sabor natural y único. Los quesos frescos más populares son de elaboración artesanal, como el queso telita, el queso de mano, el queso trenzado y el queso guayanés Cada uno tiene su propio carácter y forma de consumo, pero todos forman parte de la vasta gastronomía del país, acompañante fijo de las arepas, cachapas, empanadas y un sinfín más de expresiones culinarias.

El queso de mano es el más firme y compacto. Tiene forma de disco y se corta en rodajas. Al estirarlo, se crean hilos. Es un queso muy versátil que se puede comer solo, con carnes e incluso en platos dulces como son los golfeados. También se puede derretir a la plancha.

El queso telita es el más suave y elástico. Tiene forma rectangular y artesanalmente puede venir envuelto en hojas de plátano, aunque en la ciudad se envasa en contenedores plásticos. Cuando se corta, se abre en láminas finas y suaves, de ahí el nombre. Es un queso muy adecuado, que se pueden rellenar arepas o cachapas con jamón, carne mechada. También se puede comer caliente o frío.

El queso guayanés es el más suave y liso. Tiene forma angular dado por el envase en el que es depositado recién elaborado y se conserva en salmuera y suero. Cuando se corta, se desmenuza en trozos suaves e irregulares, mientras que su capa exterior se deshace en fibras, su corazón es cremoso. Es un queso muy sabroso que va bien con guasacaca, acompañando carnes, plátano, entre otras delicias.

El queso trenza tiene varias versiones de sí mismo, puede ser elaborado con leche de vaca, leche búfala o una combinación de leche de vaca con leche de cabra como es en algunas regiones del estado Lara, en lo personal me encanta agregando por encima alcaparras con pimienta negra recién molida y aceite de oliva, simple pero exquisito.
Estos quesos frescos hilados venezolanos son un claro ejemplo de la riqueza y diversidad de la cultura culinaria del país. Son productos artesanales, elaborados según recetas tradicionales, que reflejan el sabor y el alma de cada región.
Como se puede percibir son quesos incomparables y satisfacen los paladares de locales y extranjeros por igual, y se caracterizan por un alto contenido de agua y un bajo contenido de grasa, lo que los hace altamente perecederos y susceptibles al crecimiento de microorganismos patógenos o de descomposición. Por ello, es importante conocer las condiciones óptimas de almacenamiento de estos productos para garantizar su calidad y seguridad alimentaria. Estos son algunos consejos para almacenar el queso fresco filado por más tiempo:
1. Control de la temperatura
La temperatura es el factor más importante en la conservación del queso hilado, ya que afecta la actividad microbiana, las reacciones químicas y la deshidratación. Según las normativas vigentes, este queso debe mantenerse refrigerado entre 1 y 7°C durante el transporte, almacenamiento y venta. Sin embargo, teniendo en cuenta la temperatura ambiente, algunos expertos recomiendan conservar por debajo de los 4°C para evitar el crecimiento de bacterias como Listeria monocytogenes y Escherichia coli. Además, es conveniente sacar el queso del frigorífico unos minutos antes de servir para que el queso recupere su sabor y textura originales.
El queso no debe dejarse a temperatura ambiente durante más de una hora, ya que se puede echar a perder rápidamente. El queso recién prensado tampoco debe congelarse, ya que esto puede cambiar la textura del queso y hacer que el suero se separe.
2. Embalaje y cuidado del embalaje
El cuidado y envasado del queso fresco hilado también son fundamentales para la conservación del queso, ya que protegen el producto de la contaminación externa, la oxidación y la deshidratación. Lo ideal es comprar queso envasado al vacío o en ambientes modificados, que son sistemas que eliminan o reducen la cantidad de oxígeno dentro del envase y alargan la vida útil del producto.
Estos contenedores deben estar intactos, limpios y no mostrar signos de ampollas o fugas. Si el queso se compra cortado o se ha abierto la caja original, se debe conservar el medio de remojo del queso. Si es preparado profesionalmente, este medio es el llamado líquido del gobierno, que incluye una fórmula que mantiene los quesos libres de gérmenes, sin embargo, este debe manejarse de forma completamente aséptica para evitar la contaminación.
3. Usa usar medios alternativos de conservación
Otra opción para conservar el queso hilado es sumergirlo en aceite de oliva, que actúa como barrera contra el oxígeno y los microorganismos. Para ello, se debe cortar el queso en trozos medianos y colocarlos en un frasco de vidrio seco y esterilizado. El queso debe quedar completamente cubierto de aceite y si se desea agregar algunas hierbas aromáticas o especias al gusto, como orégano, tomillo, pimienta o ajo le darán un sabor muy característico.
Los envases deben taparse herméticamente y almacenarse en el refrigerador. El aceite se solidifica cuando está frío, pero se vuelve líquido cuando se retira. El queso se puede comer dentro de los tres meses posteriores a su elaboración, siempre que esté cubierto con aceite.
4. Consumir el queso fresco hilado antes de la fecha de caducidad
Finalmente, es fundamental respetar la vida útil del queso fresco escurrido, que indica la fecha de caducidad para garantizar la seguridad y la calidad del queso. Esta fecha se indica en el empaque del producto y depende de los ingredientes, el proceso de fabricación y el sistema de empaque. En general, el queso fresco prensado tiene una vida útil corta, que puede variar de una a dos semanas para los quesos artesanales, mientras que los quesos producidos industrialmente pueden durar hasta cuatro semanas debido al uso de conservantes. Por estas razones, el queso debe consumirse lo antes posible después de abrirlo y evitar comprar más de lo que se consume.
En conclusión, los quesos frescos hilados son productos lácteos muy apreciados por su sabor y su textura, pero también muy delicados y perecederos. Para conservarlos adecuadamente y evitar su deterioro o contaminación, se deben seguir esta serie de recomendaciones dadas. De esta forma, se podrá disfrutar de estos quesos con todas sus propiedades y de forma segura.
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